Alguien debería de hablar de las malas hierbas, malas hierbas como Fernando, un hombre de unos 55 años, No muy alto, por no decir bajito y bastante delgado,que cumplía pena de carcel cuando le conocí. Siempre hablaba de lo que haría con su primer permiso... No recuerdo cual era su delito, la verdad, ni siquiera recuerdo si era de los que lo reconocian, o no, eso ya me da igual, la mentablemente ya ni recuerdo su nombre y he tenido que inventarme uno para la ocasión.
El era ordenanza en el módulo de Ingresos en el Centro Penitenciario Madrid III de Valdemoro, ese era su trabajo, mientras cumplía su pena. Quiere decir esto, que se encargaba de la limpieza de zonas comunes, servía a la hora de las comidas,(Aunque normalmente hay comedores en los módulos corrientes, no es así en Ingresos, que se sirve celda a celda con un carrito que sirve para ese fin)y en general, cualquier cosa que fuese necesaria en ese orden de cosas. Por lo que le recuerdo era un hombre tranquilo, con buena conversación y risueño hasta donde le permitian las circunstancias.
El moderno C.P. Madrid III en Valdemoro estaba situado a un par de kilometros de la carretera comarcal, justo frente a un desgüace de coches, bastante habituales por esa zona nacía la pequeña carretera que llegaba hasta la puerta de la prisión. Los autobuses sólo llegaban hasta allí los fines de semana, que es cuando salían de permiso los reclusos del tercer grado del edificio anexo y cuando se concentraban las visitas de familiares a los no tan afortunados de segundo o primer grado. Entre semana si salías, por cualquier causa, ya fuera fin de la condena o un permiso, o lo que fuera o venía alguien a buscarte o te bajabas a patita hasta el cruce donde creo había una parada de autobús efectiva.
Y es que recuerdo que Fernando solo pensaba en salir y que no hubiese nadie esperandole, le daba igual el día de la semana o la posibilidad de autobuses, el quería salir y caminar por los campos de todo alrededor disfrutando de los pájaros, las florecillas silvestres, y lo que el general de los mortales damos en llamar malas hierbas, esas que brotan en los campos descuidados, las espigas y las castañuelas... Soñaba con el momento de sentir el viento en su cara y sentir el aroma a libertad de esos matojos de las veredas... solo quería tomarse el tiempo necesario para si mismo antes de volver a quien sabe que realidad.

El tío Bob.