De niño podías arreglar el mundo, al menos el pequeño mundo conocido, apenas con una goma de pollo. Puede parecer exagerado, pero un buen niño ha de ser algo exagerado. A veces las llevaba prendidas de la muñeca, y un buen surtido de pelotillas hechas con billetes usados de metro en el bolsillo, nada como los billetes de metro con su perfecto tamaño para hacerlas. Siempre había algo que sujetar, algo que guardar enrollado, mil cosas... y nunca faltaban las gomas de pollo. Había un frutero rojo, sobre el pequeño mueble metálico de la vieja cocina que aun campaba en aquel rincón más por utilidad que por estética. Era un frutero de plástico, pero nunca recuerdo haberlo visto con fruta. En sus dos pisos divididos en compartimentos y atravesados por el eje central coronado con una bola para prenderlo podías encontrar cualquier cosa... menos fruta. Algún tornillo que sobró de no se sabe donde, pilas posiblemente gastadas, un trozo de alambre, sobrecitos de "silica gel" que tardamos bastante en saber que era (al parecer absorbían la posible humedad del producto al que acompañaba en cualquier caja), y en la parte superior, alrededor de la bola, gomas de pollo, que siempre harían falta para algo.
Hoy necesité una y, simplemente no había. No se cuando pasó esto, cuando me descuidé y saqué a mis viejas amigas las gomas de mi vida. Es una tragedia estúpida, que me ha traído de repente como un alud un montón de imágenes de esas de infancia perdida y remota. Un mirar atrás sin girar el cuello, un vahído del presente.
Me he encontrado en la cocina de la casa familiar con la mesa extensible cruzada casi en diagonal. Cada uno debía de ocupar su lugar y nadie se podía mover hasta acabar de comer, porque realmente no había espacio para hacerlo. Solían ser comidas de domingo con todos, si no no era necesario extender las dos hojas de la mesa, bastaría con una, como en el día a día. Las cabeceras las ocupaban mi padre en el lado de la puerta de la cocina al pasillo y mi hermana en el lado del balcón, con la puerta entreabierta en invierno o abierta por una hoja en verano, pero solo una hoja, por que sino difícilmente se podría acceder a los fuegos. En el lado de los fuegos nos sentábamos mi madre y yo, ella para servir y yo porque era el menos voluminoso, supongo, además de el pequeño que debía recibir de vez en cuando una arenga para acabarme el plato. Enfrente mis dos hermanos, con la espalda contra la pared de azulejo blanco. Uno junto a la puerta, la cual podía entrecerrar ligeramente para acceder a la bolsa del pan y el otro junto al pequeño armarito metálico, donde podía abrir a medias la puerta y alcanzar el bote de la sal o de ser necesario platos para un segundo servicio o el postre. Solíamos dejar a la perra fuera, en el balcón, o en el pasillo, pero al final siempre se colaba y andaba bajo la mesa esperando algo que llevarse a la boca, siempre podía confiar en mi para eso. Me he recordado comiendo cocido, quizás porque también hecho de menos los guisos. Mi madre se levantaba, abría la olla y servía los platos de sopa ardiendo, tras servir a todos, se sentaba y acababa su plato la primera, aun habiendo empezado la última, mientras los demás seguíamos resoplando y buscando los bordes del plato. Según íbamos acabando le pasábamos el plato, que volvía cargado de garbanzos, chorizo, tocino, morcillo, patata y repollo, a cada uno con sus variantes. Mi madre siempre acababa antes que nadie, empezando desde atrás y se levantaba a poner la cafetera al fuego y aprovechando que estaba de pie para abrir la nevera. Acabábamos con algo de fruta o como ya digo, al ser domingo, quizás con helado o algo especial. Yo siempre acababa el último, de hecho aun hoy lo hago. Según acababan mis hermanos y mi padre se iban levantando, nunca antes de tomar el café, que todos menos yo tomaban, aun hoy sigo sin tomar café, pero echo en falta ese aroma que solía acompañar mis últimos bocados, mi casa siempre olía a café después de las comidas. Al acabar salíamos hacia el llamado comedor, aunque por entonces casi nunca comíamos allí (luego si, con el tiempo y la nueva mesa) para ver el telediario, los dibujos y la película o en cualquier otra cosa en la que ocupar una tarde de domingo que empezaba.
Todo esto por una goma de pollo que ahora me falta, aunque creo que ya, es lo de menos.
Extraída del álbum "Tutti contro tutti" de Giorgio Canali & Rossofuoco, publicado en 2007.
Verdad, la verdad
a la que dan la vuelta los periodistas
verdad, la verdad
la que puede demostrarse con tanques
verdad cual verdad
la que hace ciegos, sordos y luego mudos
verdad, la verdad
la que sabes y sabes por instinto
y nunca es uno de los que venció
verdad oh verdad
de los enterrados por pilas de arena
que distorsionan despertando tu rabia
y no sé si tengo
toda la rabia que siento adentro
No sé si es dentro o fuera
si hay rabia en blanco y negro
o rabia en color
No sé si la rabia es innata
o es rabia devuelta
si es rabia con una razón
o dictada por sentirme mal
si la rabia es de rabia
o rabia de melancolía
si sólo es rabia
o soy yo creando una enfermedad.
verdad, la verdad
de los papas y ayatolás
la verdad de piernas cortas
verdad, la verdad
de guardia en la torre, te despierta si te duermes
verdad, toda la verdad
jurada sobre la Biblia con la mano muerta
la verdad que flota en la bañera
la verdad que encuentro en el bolsillo.
y no sé si tengo
toda la rabia que siento adentro
No sé si es dentro o fuera
si la rabia es vital
o rabia que se muere
No sé si es rabia
de violencia o angustia
si es rabia con una razón
o dictada por sentirme mal
si la rabia es de rabia
o rabia de melancolía
si sólo es rabia
o soy yo creando una enfermedad, una enfermedad, un mal...
hey, no sé si tengo toda la rabia que siento adentro
No sé si es dentro o fuera
es rabia vital o rabia que se muere
No sé si es la rabia de la violencia o la angustia
No sé si es para disparar, dispararme o fingirme muerto
Si es rabia encerrada o rabia con demasiada autonomía
si sólo será rabia o soy yo para hacer una enfermedad una enfermedad una enfermedad
No sé si tengo toda la rabia que siento adentro
No sé si es dentro o fuera
es rabia vital o rabia que se muere
No sé si es rabia de violencia o de angustia
No sé si me hará disparar, dispararnos o fingirme muerto
si es rabia encerrada o rabia de melancolía
si es la rabia de gas o sólo la rabia venial da amnistía
es una enfermedad, una enfermedad.
Nota: Traducción libre con mi italiano "muy básico" y la ayuda de esos traductores que suelen pasar todo a inglés y del inglés al que tu quieras y que me sirve de ayuda, pero que hay que vigilar. Si alguien supiera italiano y quisiera hacer alguna apreciación no solo puede hacerlo, sino que se lo agradeceré. Seguramente tendrá errores con el tema plurales / singulares.
Movías las cintas haciendo círculos en el aire, dibujando siluetas improbables y yo, sentado en aquel banco era tu único espectador. Apenas duró diez minutos el show y te sentaste en el montículo de aquella zona ajardinada, posiblemente a fumar algo, igual que hacías minutos antes sentada en aquel banco cuando pasé caminando frente a ti. Desde mi posición no podía verte ahora sentada más que al trasluz a través de las ramas bajas y peladas de un arbusto. Decidí hacerme un cigarro y caminar. Acabé sentándome en otro banco desde el cual tampoco veía con claridad, y es que en realidad me esfuerzo bastante en parecer invisible.
Siguieron pasando los minutos hasta que te levantaste, no te vi, en principio pasar, pero pude escuchar tus pisadas al pasar por detrás de mi, te dirigías a la puerta, saliste y poco a poco dejaste de existir, vi como tu ser se difuminaba lentamente por los barrotes mientras te alejabas. Fuera de parque no eras nadie y al llegar a la esquina, simplemente desapareciste.
Y no pasó apenas ni un segundo cuando te vi volver... tan distinta... poco a poco te ibas definiendo por entre los barrotes conforme avanzabas hasta llegar a la puerta. Ya eras todo un hombre cuando cruzaste el umbral y comenzaste a hacer calentamientos previos a la carrera. En ese preciso instante miré mi reloj, fue un gesto reflejo, innecesario, sabía perfectamente la hora que era, me levanté y me fui a buscar a otros a los que ya conocía.
El tío Bob 2007.
2008-06-04 15:30 | Categoría: Y todo lo demas tambien | 6 Comentarios | Enlace
Solo por eso.
Deja de mirarme así
para que no aprenda
a defenderme nunca
cuando me desarmas
Para que las palabras
no sepan llegar nunca a sonido
y lo corrompan todo
con los sudores del susurro
Para que nunca llegue
un "ni me mires siquiera"
con sus ganchos
para aferrarse a la cordura
Para que no se corte
la hemorragia fértil
de mis neuronas
ni el éxtasis químico
Deja de mirarme así
para que la ruina
de los hechos
acabe otra vez
con la fe.
Y solo por eso
no dejes de mirarme.
El tío Bob 2008.
2008-06-02 11:19 | Categoría: Y todo lo demas tambien | 7 Comentarios | Enlace
Horario partido.
Camino por el Gótico mirando las sombras que se desdoblan en penumbras a la luz de las farolas y las puertas abiertas de los comercios, de los bares... pero se me escapan.
Camino por el Borne y no llego a ningún sitio, me cruzo con la gente que también camina, a veces en mi misma dirección, a veces contra mi y otras, cruzándose, poniendo en peligro mis pensamientos. Intento saber lo que piensan, saber de donde vienen sus prisas, si buscan algún lugar, si tienen objetivos concretos... pero se me escapa, unas decenas, unos cientos, demasiadas posibilidades y poca fe... pienso en cuando perdí la fe y en el tiempo que pasó hasta que aposté por ser feliz.
Camino por Ciutat Vella, me detengo a observar ahora que parece que nadie me observa. Soy un vendedor ambulante de ideas, pero el negocio no va bien, no hay demanda, parece que las decenas y los cientos también pueden hacer lo que yo y la verdad es que nunca supe venderme. no pienso en soluciones, no pienso en aciertos, solo se que el problema no es el precio.
Camino por El Raval, busco una actividad que me de más beneficio, pero acabo descubriendo que prefiero perderme, hacerme el mudo y seguir sin buscar, solo necesito que pase el tiempo, no voy a ningún sitio, no busco nada, solo necesito que pase el tiempo... y que no llueva mucho, solo necesito un día más de sequía pero las gotas golpean en el suelo y forman mil ríos de los colores de las luces artificiales...y se me escapan. Pienso en que podría chapotear, pero lo desestimo, prefiero caminar.
Camino por Gracia, no he de levantar la vista para saber donde estoy, pienso que podría trabajar en el cementerio de los desheredados, pero lo desestimo, tampoco parece un negocio muy rentable y además, prefiero a la gente viva y caminando. Posiblemente nos hayamos cruzado un par de veces, seguramente no nos hayamos dado cuenta.
El tío Bob 2007.
2007-11-29 03:04 | Categoría: Y todo lo demas tambien | 7 Comentarios | Enlace
Autobuses amarillos
Apenas cuatro obviedades y un chiste sobre la hora en Canarias cuando vi reflejada a la conductora en los cristales, acercándose. Antes de eso miraste tu móvil, igual al mío y te hiciste un cigarro de liar, como los míos. Después subimos al autobús, ibas delante y fuiste a sentarte en mi sitio habitual, el de todas mis noches. me dedicaste una sonrisa con forma de llave pero aun así pasé de largo y me senté en el otro lado una fila más atrás pensando que había logrado hacer un dribling al destino.
Ya con todas las puertas cerradas me concentré en la lectura, hasta que llegó tu parada, te vi bajar y vi a mi sombra adherida a tus pies diciéndome adiós mientras te veía enfilar el camino a tu portal desde la ventanilla. Sobre tu asiento quedó tu sombra, mirándome tímida, luego llegó mi parada y no pude más que levantarme y bajar, como todas las noches... y no supe más.
El tío Bob 2007.
2007-11-23 03:48 | Categoría: Y todo lo demas tambien | 4 Comentarios | Enlace
Espero sepan disculparme
Son tantas las veces en que nos emocionamos con historias ajenas, que cuesta retomar el sentido a la vida en el lugar en que lo habíamos dejado. A veces nos da por perseguir a las emociones de las historias que no nos pertenecen, buscando reflejos a realidades que no se contemplan, es por eso que espero sepan disculparme si he faltado a algunas citas, nunca fui muy puntual, nunca me gustó que nadie espere nada, es y ha sido siempre mi refugio para no decepcionar así como la constatación de que es poco menos que lo único que hago.
Tengo grandes complejos, algunos tan poco exclusivos que lamento mis carencias en los que a la originalidad se refiere. Me siento la oveja negra y no soy mas que uno más en un rebaño de bóvidos en escala de grises. Y es que el gris es un gran color defenestrado por la sociedad. Mierda de sociedad por otro lado, pero hoy no quiero hablar de nuestros lamentables logros sociales, ni tampoco quiero hablar de mi, pero supongo que no puedo evitarlo. Hay algo en común entre esos dos aspectos, una complejidad estúpida que no responde a la lógica.
No obstante, les decía, espero sepan perdonarme que me dirija a ustedes así, tratándoles de usted, pero siempre me hizo gracia. Espero no les importe que no crea en el concepto “diario”. Me gustaría que pudiesen entender que la percepción del tiempo y el espacio que tengo es absurdo. Que no entiendo porque dejé de ser un niño, si nunca me lo propuse, me gustaría ser un niño repelente que tratase de usted a sus semejantes y a los que no lo son tanto. Espero sepan disculparme por hacer uso de la mirada periférica, a veces creo que es un don, otras veces no creo en nada, sepan disculparme esto también. Me han educado para creer y cuando me asaltan las dudas a este respecto, me siento en el vacío. Vamos a hablar del vacío, ¿Qué hay de malo en el vacío? Yo no lo se, supongo que algunos creen que lo malo del vacío es caer, caer al vacío... pero solo es malo si no llevas paracaídas, dirán otros...los más osados aducen que lo malo es que el vacío tenga límites, si el vacío no tiene límites, es decir, si no hay, por ejemplo, un suelo ¿cuál es el problema? Y así podríamos seguir divagando sobre la ley de la gravedad, la gravedad del vacío, atmósferas o sobre la capacidad de salirse del vacío de la misma manera que se cae en el.
Conclusión: Todo es relativo mientras no haya golpes o todo golpe es relativo mientras no sea percibido o toda percepción es relativa mientras podamos sentirla. Bastante me ha costado llegar hasta aquí, como para que además esperen que acabe esto de una manera coherente...
Bienvenidos a una nueva temporada de confusión, bienvenidos a los minutos de la basura, los buenos han hecho su trabajo, pero no todos obtuvieron resultados.
El tío Bob. 2007.
2007-06-17 09:53 | Categoría: Y todo lo demas tambien | 8 Comentarios | Enlace
La perseguí hasta el catre. Cap. 3.
La perseguí hasta el catre, aun así escapó viva la joia. Todo comenzó en el "Vivaldi", donde me disponía a disfrutar de un concierto de un artista de fama internacional, al cual, además conocía personalmente. Como anécdota diré que actuaba una chica, cantautora ella, no recuerdo el nombre...hasta aquí el modo evasivo, ¡que carajo...claro que me acuerdo...ella es la protagonista de todo esto! En fin, que a pesar de la no muy destacable primera impresión viéndola sobre el escenario con su guitarrita, la cual no expondré, no sea que esto llegue a sus manos y tenga que dar explicaciones, por suerte con el pasar de las canciones cambió, podríamos decir, radicalmente. Aprovecho la ocasión para decirles que los anuncios de colonia son todos mentira, porque desde luego y gracias a Dios, la primera impresión no es la que queda y yo por supuesto, siguiendo mi modus operandi no me había puesto nada que pueda camuflar el olor de mis feromonas, a pesar de que está demostrado que deben oler a rancio, porque no se arriman ni las de pago, dicho esto dejen de soñar que aparecerá una tipa en moto con las tetas embutidas en una chaqueta de cuero, con la cremallera a punto de frío, por que como ya dije, es todo mentira. Bien, siguiendo con el concierto, evidentemente se respiraba pasión entre la artista y el espectador, entre todos los espectadores, pero especialmente con uno, que extrañamente era yo. Una vez acabada su actuación, restaba la de el artista que me había, inicialmente, arrastrado hasta allí, como ahí, pasión hubo poca, obviaremos esa parte. Tras ambos recitales me personé frente a la joven con el ánimo alevósico (gracias Batanero por la frase) de hacerme notar, y a fe que lo conseguí. Desde el principio daba la impresión de estar rendida a mis pies, y yo, no pude más que aprovechar la circunstancia, porque ¿cuántas veces había pasado algo así en mi vida? (no respondan, era una pregunta retórica). Bueno, pues tras unas cervezas, unos cumplidos y algún que otro gesto para mi archivo histórico general, me dijo que se tenía que ir...raudo cual antílope que se mofa de su presunto captor, me ofrecí a acompañarla y cual sería mi sorpresa al oir un “vale, así seguimos hablando” que por unos instantes hizo evidenciar lo frágil de mi supuesta entereza. Seamos serios, no hubiera apostado ni un euro danés por que algo tan poco sutil funcionase. Así que recogimos nuestras respectivas prendas de abrigo, que por cierto, vaya rasca ha hecho estos días y salimos a la calle. Si llego a saber que la prójima vivía mas allá de donde se reparte el último periódico, me lo hubiera pensado antes de ofrecerme, solo falta que espere que pague el taxi, ¡dios mío, si creí que el taxímetro iba a dar ya la vuelta a todos sus dígitos aun siendo digital! Llegamos a su casa, no diré cuanto desenbolsé al taxista, porque soy un caballero, pero diré que el tipo cuando nos bajamos colgó un cartel de fuera de servicio, y nos hizo saber ostensiblemente que ya había hecho la noche y se iba a casa a dormir. Entramos en un viejo portal, subimos por una vieja escalera hasta llegar a su puerta, yo pensaba, después de la vuelta que hemos dado, parece que estamos en el Raval, coño, a todo esto, además, yo con la guitarrita a cuestas, como un campeón, lo dicho, un caballero. Entramos al domicilio, por suerte no era desde luego la casa que hubiera esperado si siguiera aferrado a la primera impresión que como ya dije, no quedó. Lo cierto es que me gustó el pisito, ahí, con la cama bien visible desde la primera vista, para no tener que andar buscando escusas raras para llegar hasta ella. Y fue allí, sentados en la cama donde yo ya estaba gozando aun sin nuestra presencia física, donde me besó la mejilla, me dio las gracias, y me despidió. Me dijo que tenía novio y que aunque reconocía haberse sentido tentada a correr el riesgo de procrear conmigo, que durante el viaje de retorno (para ella, a mi aun me quedaba volver a mi casa, en la otra punta de la ciudad) lo había pensado seriamente y que mejor, dejar las cosas como estaban. Añadió que lo sentía mucho y agradeció todas las atenciones que había tenido para con ella. Después hablamos un rato y decidimos que lo mejor sería que me fuera. Así lo hice, cogí mi prenda de abrigo (que por cierto, vaya rasca hizo esos días) y salí sin mirar atrás. Al bajar por la vieja escalera, me crucé con un joven, la curiosidad me hizo retrasar mi salida del portal...si llamó a la puerta de ella...al final, tuve suerte y todo.
El tío Bob. 2005.
2006-12-01 20:06 | Categoría: La persegui hasta el catre | 12 Comentarios | Enlace
A veces pienso que soy un egoista.
Todo lo que ven de mí no es apenas un ápice de lo que en realidad atesoro, no es esto una prédica barata de esas que pueden camuflarse bajo un algo parecido a que, se mas por lo que callo, bla, bla, bla... nada parecido a esa arenga del aspirante a “ser superior” en otra de sus variantes para creerse en la cima. Mi observación puntual se refiere más bien a la cantidad de vericuetos interminables en los que puedo intentar perderme en busca de tesoros, que algunas veces encuentro y otras no, pero que siempre dejan cosas interesantes en la búsqueda propia, como una sublimación del medio sobre el fin, a no ser que el fin cumpla con los requisitos de tesoro.
No hace falta dedicar toda una vida, normalmente ni siquiera una vez al día, pero sin considerarlo una pérdida si casualmente alguna búsqueda nos lleva más de lo esperado. En mi cabeza se producen diálogos entre seres que se conocen y otros que llegan por primera vez e inventan chanzas, tanto como lamentan sucesos desgraciados y buscan esperanzas. Hay otros que hacía años que no venían y algunos que cambian sus formas, su apariencia y todo lo que pueden, pero que todos los demás saben quienes son con medio vistazo. Llegados a este punto he de decir que no pretendo que diagnostiquéis mi caso clínico ni me sugiráis atención profesional, que no os cuento nada extraño de voces que me indican el camino del mal como redención a mis desgracias, asumidas como mi tormento, quede medianamente claro.
Cuentos, historias, escenas perdidas y algunos extras más que las ediciones deluxe, melodías que no se que significan, todos los grandes clásicos y alguna que nunca escuché. Trozos, fragmentos, retazos, cuatro colores y un par de brochazos, avisos de obras, escaleras, senderos, cerraduras con llaves y llaves, aun , sin cerradura, agujeros y palas, habitaciones y grutas.
A mi solo se me ocurre contarlas muy de vez en cuando, otros pueden ser reyes del spam si se lo proponen y ninguna de las dos opciones nos hace ni mejores ni peores, aunque a los ojos de los demás, que también se han perdido alguna vez, podamos parecer quien sabe que cosa... no es mi voluntad dejar que la excusa siga mi estela, en realidad hace tiempo que me adelantó y ahí ando a ver si puedo agarrarla y así entre lo que busco, perdido en un posible laberinto sin premio, y lo demás que la vida nos aporta más allá de los poros, resulta que haciendo baremo ustedes no saben de la misa la media de todo lo que en un día a pasado por mi cabeza y me siento egoísta, ni mejor que tu ni que nadie, sólo un poco egoísta... al menos tanto como vosotros.